...e despierte, / contemplando / cómo se passa la vida, / cómo se viene la muerte / tan callando; / cuán presto se va el plazer, / cómo, después de acordado, / da dolor; / cómo a nuestro parescer, / cualquier tiempo pasado / fue mejor.
"Quizá todos los dragones de nuestra vida son princesas que esperan vernos bellos y valerosos..." Tanto esa frase de Rilke, como esta pintura de Uccello, surreal y metafísica, me son entrañables e imprescindibles. saludos, anamaría
Temblando me deja el fragmento de "Cartas a un joven poeta". Desvela la verdadera naturaleza del dragón, tan familiar y cercana. Pocos poetas han señalado tantas y decisivas encrucijadas. Ante la escritura, la vida o la belleza. "Has de cambiar tu vida."
Saludos, anamaría, y muchísimas gracias por recordar esa frase.
Comparto el temblor... y además me estremece Uccello cuando muestra siglos antes la misma visión de Rilke: la familiaridad y cercanía sugerida en los mismos colores que comparten los círculos en las alas del dragón y el ropaje de la princesa, así como en ese sutil cinto que une con delicadeza a ambos. En esa pintura se me impone la voz de Rilke. "Tal vez todo lo terrible, no sea sino lo más desvalido que necesita de nosotros la redención..." Sus palabras impelen siempre a cambiar la vida, a ver hacia otro lado, o desde otro lado... Coincido plenamente contigo, lo dices mejor y más preciso.
Gracias a ti por las palabras y el temblor anamaría
"Quizá todos los dragones de nuestra vida son princesas que esperan vernos bellos y valerosos..."
ResponderEliminarTanto esa frase de Rilke, como esta pintura de Uccello, surreal y metafísica, me son entrañables e imprescindibles.
saludos,
anamaría
Temblando me deja el fragmento de "Cartas a un joven poeta". Desvela la verdadera naturaleza del dragón, tan familiar y cercana.
ResponderEliminarPocos poetas han señalado tantas y decisivas encrucijadas. Ante la escritura, la vida o la belleza.
"Has de cambiar tu vida."
Saludos, anamaría, y muchísimas gracias por recordar esa frase.
Comparto el temblor... y además me estremece Uccello cuando muestra siglos antes la misma visión de Rilke: la familiaridad y cercanía sugerida en los mismos colores que comparten los círculos en las alas del dragón y el ropaje de la princesa, así como en ese sutil cinto que une con delicadeza a ambos.
ResponderEliminarEn esa pintura se me impone la voz de Rilke. "Tal vez todo lo terrible, no sea sino lo más desvalido que necesita de nosotros la redención..." Sus palabras impelen siempre a cambiar la vida, a ver hacia otro lado, o desde otro lado...
Coincido plenamente contigo, lo dices mejor y más preciso.
Gracias a ti por las palabras y el temblor
anamaría