jueves, 30 de julio de 2009

Ángel Crespo - La mano contra el sol






Tiendo la mano contra el sol y veo
una oscura muralla, y las almenas
en que el viento y la luz se dan de bruces;
y vislumbro un ocaso casi antiguo
o bien un parco infierno
en el que parvas almas aún esperan.

Y, con la mano puesta contra el sol,
siento que de mi sombra van raíces
a donde corren silenciosos ríos;
y escucho, con el sol tras de mi mano,
un vuelo de aves y un morir de abejas,
y una enramada violeta y roja
sobre un cielo amarillo.

Y al retirar la mano,
el sol no está, me niega, no se ha ido.

Ángel Crespo, en Antología poética, Alianza

Cavafis - La tregua de Nerón






No se turbó Nerón al escuchar
el oráculo de Delfos
"Guárdate del año setenta y tres".
Cuánto tiempo aún para gozar.
Tiente treinta años. Amplio en verdad
es el período concedido por el dios
para inquietarse ante futuros peligros.

Ahora vuelve a Roma algo cansado,
espléndidamente fatigado tras un viaje cuyas jornadas
fueron continuación de placenteros días
en teatros, jardines y gimnasios...
Noches en ciudades aqueas...
Y sobre todo la delicia de los cuerpos desnudos...

Así Nerón. Y en España, Galba
secretamente dispone y adiestra su ejército,
un aciano de setenta y tres años.

Constantin Cavafis, Poesía completas
Traducción de José María Álvarez, Hiperión

Luisa Castro - El sueño de la muerte






I

Despiértame de este sueño de la muerte,
príncipe de mis días,
acércate,
encuéntrame tendida en este sueño de muerte.

Tan bella como pueda serlo aquella que ha cruzado huyendo un bosque
y se ha rendido,
así soy yo de bella.

Muerta y llorada por pequeños amigos.

Luisa Castro, en Señales con una sola bandera, Hiperión

viernes, 24 de julio de 2009

Yves Bonnefoy- La luz, transformada






Ahora ya no nos vemos bajo la misma luz,
y ya no son los mismos los ojos ni las manos.
Está más cerca del árbol, el rumor de las fuentes es más vivo,
y son, entre los muertos, más hondos nuestros pasos.
Dios, que no existes, deja tu mano en nuestros hombros,
esboza nuestra carne con tu grave regreso,
y mezcla nuestras almas al fin con las estrellas,
los bosques y los trinos, las sombras y los días.
Renúnciate en nosotros como se rasga un fruto,
anúlanos en ti. Descúbrenos
el sentido secreto de lo que es tan sencillo
y que cayó sin fuego en nombres sin amor.


La lumière, changée

Nous ne nos voyons plus dans la même lumière,
Nous n'avons plus les mêmes yeux, les mêmes mains.
L'abre est plus proche et la voix des sources plus vive
Nos pas sont plus profonds, parmi les morts.
Dieu qui n'es pas, pose ta main sur notre épaule,
Ébauche notre corps du poinds de ton retour,
Achève de mêler à nos âmes ces astres,
Ces bois, ces cris d'oiseaux, ces ombres et ces jours.
Renonce-toi en nos comme un fruit se déchire,
Efface-nous en toi. Découvre-nous
Le sens mystérieux de ce qui n'est que simple
Et fût tombé sans feu dans des mots sans amour.

Yves Bonnefoy, de Mil años de poesía europea, Francisco Rico
Traducción Enrique Moreno Castillo, BackList

Czeslaw Milosz - No así






Perdona. He sido un estratega como tantos que furtivos esquivan
en la noche las moradas del hombre.

Calculaba la posición de las guardias, antes de tener el valor
de acercarme a los confines cerrados.

Sabiendo más de la cuenta, fingía que es suficiente saber menos,
no así como aquellos que dan testimonio,

firmes ante los disparos, la persecución en la maleza y los insultos.

Que los sabios y los santos, pensaba, ofrezcan la dádiva a la tierra,
pero no a la lengua.

Yo defiendo el buen nombre porque la lengua es mi medida.
Lengua bucólica, infantil, que transforma lo sublime en tierno.

Y se desmorona el himno o el salmo del músico principal, queda el villancico.

Mi voz ha sido siempre incompleta. Me hubiera gustado dar las gracias de otro modo.

Generosamente y sin ironía, esta soberbia de los cautivos.
Después de los siete confines, bajo el astro del alba,
En el habla del fuego y del agua y de todos los elementos.

Czeslaw Milosz, Poemas
Traducción de Barbara Stawicka, Tusquets Ediciones

sábado, 18 de julio de 2009

Miguel Ángel Bustos - Vientre profeta sin tiempo






Yo no soy de ningún siglo.
Vivo ausente del tiempo. Soy mi siglo como soy mi sexo y mi delirio.
Soy el siglo liberado de toda fecha y penumbra.
Pero cuando muera, el profeta que hay en mí se alzará
como un niño sin moral y sin patria. Un niño loco con legua
de alaridos. Entonces amanecerá en el millón de Galaxias.
Madres del futuro; cuidado; cuando muera puedo volver.
Entonces, ay, vientre que me aguardas, dulcísima catedral de tinieblas.


Miguel Ángel Bustos, Visión de los hijos del mal, Editorial Argonauta

Samuel Beckett






de dónde
la voz que dice
vive

de otra vida



d'où
la voix qui dit
vis

d'une autre vie


Samuel Beckett, Obra poética completa, Hiperión
Traducción de Jenaro Talens

sábado, 11 de julio de 2009

Elephant - Gus Van Sant




Gus Van Sant, Elephant (2003)

Yannis Ritsos - Remodelado






Lo que llamas serenidad o disciplina, bondad o apatía,
lo que llamas boca cerrada con dientes apretados
cuando muestras el suave silencio de la boca, y ocultas los dientes apretados,
es solamente la resistencia de los metales bajo el útil martillo,
bajo el tremendo martillo -es que sabes
que de lo informe pasas a la forma-.


Yannis Ritsos, de Paréntesis, Icaria Poesía
Traducción de Román Bermejo

Cormac McCarthy - Meridiano de sangre







El menonita contempla las sombras que hay ante ellos y que se reflejan hacia él en el espejo de detrás de la barra. Se vuelve a los reclutas. Tiene los ojos húmedos, habla despacio. La ira de Dios está dormida. Estuvo oculta un millón de años antes de que el hombre existiera y solo el hombre tiene el poder de despertarla. En el infierno hay sitio de sobra. Oídme bien. Vais a hacer la guerra de un loco a un país extranjero. Despertaréis a algo más que a los perros.
Pero ellos censuraron al viejo y le maldijeron hasta que se apartó de la barra murmurando, ¿y como iba a ser si no?
Esas cosas terminan así. Entre confusión e insultos y sangre. Siguieron bebiendo y el viento soplaba en las calles y las estrellas que habían estado en lo alto descendieron hacia el oeste y aquellos jóvenes se indispusieron con otros jóvenes y hubo intercambio de palabras imposibles de enmendar y al amanecer el chaval y el segundo cabo se arrodillaron junto al chico de Misuri que se llamaba Earl y pronunciaron su nombre pero el otro ya no podía responder.


Cormac McCarthy, Meridiano de sangre, DeBolsillo

sábado, 4 de julio de 2009

Trigal con cuervos



Van Gogh, Trigal con cuervos (1890)

Horacio






Tú te preocupas de cuál es el régimen que conviene a la ciudad y temes preguntándote angustiado qué preparativos hacen contra la Urbe los seres y Bactra, donde reinó Ciro, y el querelloso Tánais.
El dios providente del tiempo futuro oculta el desenlace bajo una noche de tinieblas, y ríe si el mortal se inquieta por lo que está más allá de su alcance.
Lo que tienes frente a ti, no te olvides de ponerlo en orden convenientemente; lo demás es arrastrado por medio de su cauce rumbo al mar Etrusco, ora va arrastrando conjuntamente piedras desprendidas, troncos arrancados y ganado y casas, no sin el fragor de los montes y del bosque cercano, cuando la violenta crecida remueve la quietud de sus aguas.
Dueño de sí mismo y satisfecho vivirá aquél que puede decir día tras día: "He vivido; mañana puede el Padre cubrir el firmamento con una negra nube o con el resplandor del sol; no podrá, sin embargo, anular lo que es del pasado, ni transformará o volvera a deshacer lo que una vez nos trajo la hora fugaz."

Ovidio, Odas III, 29
Traducción de Vicente Cristóbal López, Alianza Editorial

Juan A. García Román - El fósforo astillado






MI VERSIÓN
(¿PERO QUÉ RESPUESTA DE UN REY DEL NORTE
A UNA PREGUNTA DE UN VIRREY DEL SUR ES EL LENGUAJE?)


la zancada del animal más lento, la tortuga
de Zenón -dorsal número cero-
la más insistente y hermosa mentira
la del traje del sastre
del rey
del cuento, la del ser
en el lenguaje,
la tortuga con maglia rosa un rosa
que no se ve una rosa
que nadie ve que está escrita como un gesto de tela en el idioma
perseguidor perseguido
la pata que adelanta una letra
desde la prehistoria
y no llega nunca llega
la mentira más vieja y piadosa
expulsada de la república
del orden de las rimas


Juan Andrés García Román, El fósforo astillado, DVD Ediciones