skip to main |
skip to sidebar
He estado en la cárcel, he hecho huelga de hambre, he sufrido un divorcio, he asistido a un moribundo. Una vez fabriqué una bomba. Negocié con drogas. Me dejó una mujer, dejé a otra. Un día se incendió mi casa, me han robado, he padecido una inundación y una sequía, me he estrellado en un coche. Fui amigo de alguien que murió asesinado y fue enterrado por los asesinos en su propio jardín. También conocí a un hombre que mató a otro hombre, y a uno que se ahorcó. Sólo es cuestión de edad. Todo ello me ha sucedido en una vida en general muy tranquila, pacífica, sin grandes sobresaltos.
Iñaki Uriarte, Diarios (1999-2003), Pepitas de calabaza ed., 2010
IV
Miro hacia el cielo.
Cuando un suicida
se lanza desde una ventana
los dioses premian su valor.
A partir de ese instante
el aire que cruzó su cuerpo
será siempre un vacío absoluto
invisible al resto de mortales.
Julio Mas Alcaraz, El niño que bebió agua de brújula, Calambur, 2011