viernes, 19 de octubre de 2007

Las aventuras de Huckleberry Finn



Después me habló del Infierno y yo le dije que ojalá me hallara en él. Entonces se puso furiosa, pero yo no lo había dicho con mala intención. Yo sólo quería ir a alguna parte; lo único que ambicionaba era un cambio; lo demás me tenía sin cuidado.

Díjome que era pecado decir lo que yo había dicho; que ella no lo diría por nada del mundo; ella viviría de manera que pudiese ir al cielo. No vi yo la menor ventaja en ir al mismo sitio que ella, conque decidí no intentarlo. Pero me lo callé, pues sólo habría armado el gran cisco, sin ninguna ventaja con ello y nada hubiera adelantado.



Mark Twain, de Las aventuras de Huckleberry Finn

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