skip to main |
skip to sidebar
En los campos de Alventosamataron a don Beltrán,nunca lo echaron de menoshasta los puertos pasar.Siete veces echan suertesquién lo volverá a buscar,todas siete le cupieronal buen viejo de su padre;las tres fueron por maliciay las cuatro por maldad.Vuelve riendas al caballoy vuélveselo a buscar,de noche por el camino,de día por jaral.Por la matanza va el viejo,por la matanza adelante;los brazos lleva cansadosde los muertos rodear,no hallaba al que busca,ni menos la su señal;vido todos los francesesy no vido a don Beltrán.Maldiciendo iba el vino,maldiciendo iba el pan,el que comían los moros,que no el de la cristiandad;maldiciendo iba el árbolque solo en el campo nace,que todas las aves del cieloallí se vienen a asentar,que ni de rama ni de hojano le dejaban gozar;maldiciendo iba el caballeroque cabalgaba sin paje:si se le cae la lanzano tiene quien se la alce,y si se le cae la espuelano tiene quién se la calce;maldiciendo iba la mujerque tan sólo un hijo para:si enemigos se lo matanno tiene quién lo vengar.A la entrada de un puerto,saliendo de un arenal,vido en esto estar un moroque velaba en un adarve;hablole en algarabía,como aquel que bien la sabe:-Por Dios te ruego, el moro,me digas una verdad:caballero de armas blancassi lo viste acá pasar,y si tú lo tienes preso,a oro te lo pesarán,y si tú lo tienes muertodésmelo para enterrar,pues que el cuerpo sin el almasólo un dinero no vale.-Ese caballero, amigo,dime tú qué señas trae.-Blancas armas son las suyasy el caballero es alazán,en el carrillo derechoél tenía una señal,que siendo niño pequeñose la hizo un gavilán.-Aquel caballero, amigo,muerto está en aquel pradal;las piernas tiene en el agua,y el cuerpo en el arenal;siete lanzadas teníadesde el hombro al carcañaly otras tanta el caballodesde la chincha al pretal.No le des culpa al caballo,que no se la puedes dar,siete veces lo sacósin herida y sin señal,y otras tantas lo volviócon ganas de pelear.Romancero, edición de Alejandro González Segura, Alianza Editorial
4 comentarios:
Caballero Durandarte:
Gracias por incluir mi poema/fotografía/diálogo en tu blog. Me ha gustado mucho verlo ahí, tras largos meses de retiro en mi torre.
Me he cambiado de blog, porque el viejo estaba demasiado cargado, y ayer, al instalar una escena de una película, me acordé de ti, que tan aficionado eres al cine.
La escena, para mí, es magistral, y demuestra una vez más que un griego o una griega fumando es capaz de hacer lo que sea.
Tu romance de hoy es muy triste. Las siete heridas me recuerdan a mi bisabuelo Andrés, que volvió de Cuba con cinco de arma blanca y dos de arma de fuego, aunque él ganó la batalla y además sobrevivió.
Es de mis romances favoritos (junto al conde Arnaldos, por supuesto). "Por la matanza va el viejo, / por la matanza adelante"; esos versos son ya una joya en sí mismos. Y al final, toda la fatalidad representada en el esfuerzo baldío del caballo, en la obstinación del jinete.
Saludos, Blanca
El tema es la muerte de Don Beltran pero... Hay algunos versos q no concuerdan alguna ayyda?
Hola, anónimo. Siento no poder ayudarte en cuanto a los versos que "no concuerdan".
Se trata de la versión de Alejandro González Segura publicada en Alianza.
Es un romance de influencia épica francesa en el que un padre busca a su hijo muerto en la batalla. Riquísimo en referencias visuales, dinámico, plástico, pleno de musicalidad; podemos sentir cómo avanzamos junto a la mirada desolada del padre de don Beltrán. En fin, una joya.
Saludos
Publicar un comentario