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Me unjo la carnesagrado es el pensamiento en el enjutoaceite de la soledados convoco, a todos, alos bancales de luz. Que se retirenlas sombrasMe unjo la vozy en lo sucesivo dejo que sueneo se disuelva en su transcurrir solitariopor tu vacío. Nuevas vocesdespertarán los ecos cuandoel mal se vuelva a alzarMe unjo el corazóny en su llama arrojolas cenizas agotadas de tu odio:que muera el mal.I ANOINT MY FLESH(Tenth Day of Fast)I anoint my fleshThought is hallowed in the leanOil of solitudeI call you forth, all, uponTerraces of light. Let he darkWithdrawI anoint my voiceAnd let it sound hereafterOr dissolve upon its lonely passageIn your void. Voices newShall rouse the echoes whenEvil shall again ariseI anoint my heartWithin its flame I laySpent ashes of your hate -Let evil die.Wole Soyinka, Lanzadera en una cripta, trad. Luis Ingelmo, Bartleby Editores
2 comentarios:
Intenso poema, Durandarte, a pesar de caer, una vez más, en la trillada retórica de la luz, la sombra, etc. (escritura supuestamente trascendente que desactiva el acceso al vértigo, al puro acontecer).
Pero es intenso, más allá de mi frugal principio de sospecha.
Quizá adquriré el volumen de Bartleby.
Seguimos, avivando el seso, cultivando la quietud, la apacible difuminación y la espera,
saludos
Hola, Stalker.
Conozco (y reconozco) tus prevenciones hacia ciertos términos. Existen las metáforas
fosilizadas, no las palabras gastadas: todas poseen la potencia de una combinación vibrante, sorprendente. Afortunadamente, los caminos hacia el vértigo son numerosos; también los de las imposturas. Ahí está la gracia.
Búsqueda urgente o quietud, veremos quién llega antes a ningún sitio.
Un abrazo
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