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(...)
-Sabed, pues, que habéis procedido muy mal. ¿Y visteis el grial?
-Sí, muy bien.
-¿Y quién lo llevaba?
-Una doncella.
-¿Y de dónde venía?
-De una cámara.
-¿Iba alguien delante del grial?
-Sí.
-¿Quién?
-Sólo dos pajes.
-¿Y qué llevaban en las manos?
-Candelabros llenos de candelas.
-¿Y quién venía después del grial?
-Otra doncella.
-¿Y qué llevaba?
-Un pequeño plato de plata.
-¿Preguntasteis a la gente adónde iban de este modo?
-Nunca me salió de mi boca.
-Peor que peor, válgame Dios. ¿Cómo os llamáis, amigo?
Y él, que no sabía su nombre, lo adivina y dice que se llamaba Perceval el Galés, y no sabe si dice verdad o no; pero decía la verdad, y no lo sabía. Y cuando la doncella lo oyó, se puso en pie ante él y le dijo como encolerizada:
-Tu nombre ha cambiado, buen amigo.
Chrétien de Troyes, Li contes del graal, por Martín de Riquer, El Acantilado,2003
2 comentarios:
A nuestro Perceval que tanto le cuestan las preguntas adecuadas, que dice la verdad y no lo sabe... los cuentos del Grial tan llenos de preguntas y respuestas ocultas.
Son inagotables
un abrazo
Personaje fascinante. Decir la verdad sin saberlo y adivinar nuestro nombre. Creo que no hay tareas más apremiantes.
Otro abrazo para ti, ana.
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