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La neumonía de Kingsley ha vuelto y no está siendo tratada. Tengo la sensación de que su cuerpo no está exento de alguna fuerza constitucional última, pero está terriblemente confuso. Su cuerpo lucha por quedarse y lucha por partir. Los saquitos de aire de sus pulmones se están llenando de pus. Ha de respirar con mucha más fuerza y rapidez que cuando estaba sano para conseguir el oxígeno que necesita. Cuán duro es morir. Uno ha de obstinarse, jadeante, en ello. El gran sudor de la muerte, dijo el divino poeta, refiriéndose a esa batalla. Aplicamos la perserverancia antigua: mi padre está haciendo lo que siempre hizo. Cuando subía a su estudio en mitad de la noche y mecanografiaba sus íes y oes, sus gaviotas y gaviotas, hacía lo que siempre había hecho. Y ahora trabajaba y trabajaba y trabajaba y trabajaba en su tránsito hacia el acontecimiento supremo.
Se ha dado la vuelta en la cama, y me da la espalda. Me está enseñando cómo se hace. Te das la vuelta, sobre un costado, y te mueres.
Martin Amis, Experiencia, Anagrama, 2001
2 comentarios:
Estremecedor y contundente el texto de Amis,me conmovió el padre enseñando el "cómo se hace" de la muerte al hijo.
abrazo
PS: se te infiltró una r en la experiencia
Me gusta mucho esa autobiografía. Divierte y estremece sin estridencias; afilada e inteligente.
Un abrazo, Ana
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