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THOMAS ROSS, JUNIOR
Lo he visto con mis propios ojos:
una golondrina
hizo su nido en un agujero en la alta ribera arcillosa
que hay cerca del embarcadero de Miller.
Pero apenas había terminado de empollar
cuando una serpiente trepó hasta el nido
para devorar a las crías.
La golondrina, agitando las alas
y con chillidos agudos,
luchó con ella,
y la cegó con el batir de alas
logrando, aunque se enroscaba y alzaba la cabeza,
que se cayera hacia atrás
y se ahogara en el río Spoon.
No había pasado ni una hora
cuando un alcaudón
empaló a la golondrina en un espino.
Lo mismo me pasó a mí, logré dominar mi baja naturaleza
pero luego me destruyó la ambición de mi hermano.
THOMAS ROSS, JR.
This I saw with my own eyes:
A cliff-shallow
Made her nest in a hole of the high claybank
There near Miller's Ford.
But no sooner were the young hatched
Than a snaked crawled up to the nest
To devour the brood.
Then the mother swallow with swift flutterings
And shrill cries
Fought at the snake,
Blinding him with the beat of her wings,
Until he, wriggling and rearing his head,
Fell backward down the bank
Into Spoon River and was drowned.
Scarcely an hour passed
Until a shrike
Impaled the motheer swallow on a thorn.
As for myself I overcame my lower nature
Only to be destroyed by my brother's ambition.
Edgar Lee Masters, Antología de Spoon River, trad. Jaime Priede, Bartleby Editores, 2012
De vuelta al hotel, al contemplar cómo se suelta y cepilla
su pelo castaño frente a la ventana, perdida en sus propios pensamientos,
con la mirada en otra parte, me acuerdo por algún motivo de aquellos
lacedemonios sobre los que escribió Heródoto, cuyo deber
era defender las Puertas ante el ejército persa. Y
las defendieron. Durante cuatro días. Antes, sin embargo,
ante la incredulidad del propio Jerjes, los soldados griegos
se sentaron despreocupadamente por fuera del muro
de troncos cortados, las armas apiladas,
peinando y repeinando sus largos cabellos, como si se tratara
simplemente de otro día más de campaña.
Cuando Jerjes quiso saber qué significaba aquella exhibición,
le dijeron Cuando estos hombres van a perder la vida
quieren que sus cabezas estén hermosas.
Ella posa el cepillo de mango de hueso y se acerca
aún más a la ventana y a la decreciente luz de la tarde. Algo,
un movimiento o un crujido, llega desde abajo y ha atraído
su atención. Una mirada, y se desentiende.
THERMOPYLAE
Back at the hotel, watching her loosen, then comb out
her russet ahir in front of the window, she deep in private
thought,
her eyes somewhere else, I am reminded for some reason of
those
Lacedamonians Herodotus wrote about, wose duty
it was to hold the Gates against the Persian army. And who
did. For four days. First, though, under the disbelieving
eyes of Xerxes himself, the Greek soldiers sprawled as if
uncaring, outside their timber-hewn walls, arms stacked,
combing and combing their long hair, as if it were
simply another day in an otherwise unremarkable campaing.
When Xerxes demanded to know what such display signified,
he was told, When these men are about to leave their lives
tehy first make their heads beautiful.
She lays down her bone-handle comb and moves closer
to the window and the mean afternoon light. Something, some
creaking movement from below, has caught her
attention. A look, and it lets her go.
Raymond Carver, Todos nosotros, trad. Jaime Priede, Bartleby Editores, 2006
Dulce y hermoso como la sangre
el príncipe rojo ante mí.
Come y bebe del banquete
de mi cuerpo
hasta hartarte.
Hasta que la venganza deje de ser,
por tu espada,
la voz que clama en el desierto.
Almudena Guzmán, El príncipe rojo, Hiperión, 2005
Alma, yo te aprendo,
cada vez que llega
un muerto nuevo
a fundirse con la esencia
de aquel hombre
-también ciego y no mortal
que conmigo sobrevive.
Pero remo todavía
por las vetas
de la playa silenciosa
y ayudo al viento
a robar más soma por Oriente.
Juntos confiscamos
individuos a mi especie
para reír y jugar felices
a creerlos inmortales.
Miguel Veyrat, en http://bib.cervantesvirtual.com/bib_autor/miguelveyrat/