XXXVII
Corazón mío he mirado largo rato esta noche
ante la esclusa
la estrella oh Lou que me desespera
pero me divierte
oh tristeza mía y ardor mío Lou mi amor
los días transcurren
las noches pasan como pasa el día
las noches extienden
el sacrílego rosario de obuses alemanes
es primavera
y por todas partes las aves jaranean
estamos contentos
contentos a orillas del río
en el bosque
contentos la muerte reina en la tierra
pero estamos listos
estamos listos para morir para que tú vivas
en la felicidad
los obuses han quemado las flores lascivas
y esa flor
que crecía en mi corazón y que llamamos
el recuerdo
de tal flor sólo queda su fantasma
el deseo
que llega viene de noche cuando duermo
que venga de día
y el bosque de oro se llena de sol
como el Amor
las nubes se van a correr el mundo
cuándo iremos
a correr también los dos por las rubias playas
y después de rodillas
rezaremos frente al vasto mar tembloroso
cuando el naranjo
madura el fruto dorado que se te parece
y sin movernos
escucharemos en la noche el agua cruel
cantar la muerte
de los marinos ahogados en retahíla
oh Lou todo duerme
escribo en soledad a la luz temblorosa
de una fogata
de vez en cuando un obús se lamenta
y a veces
pasa por el camino el galope de
un jinete
en ocasiones el grito siniestro de la urraca
sube por mi mano
en la noche trazo con esfuerzo estas líneas
adiós corazón
trazo también místicamente los signos
de la Gran Dicha
oh místico amor mío oh Lou la vida
nos dará
la delectación insaciable
experimentaremos
un amor que será el amor único
adiós corazón
veo brillar esa mística estrella
cuyo color
es de tus ojos el color ambigüedad
me llega tu mirada
y siento entonces una mirada punzante
adiós es tarde ya
Guillaume Apollinaire, de Poemas a Lou