sábado, 21 de noviembre de 2009
Píndaro
¡Seres de un día! ¿Qué es cada uno? ¿Qué no es?
El hombre es el sueño de una sombra.
Mas cuando llega el don divino de la gloria,
se posa sobre los hombres un luminoso resplandor y una existencia grata.
Egina, madre querida, guía a esta ciudad
con el rumbo de la libertad, en compañía de Zeus y del poderoso Éaco,
de Pelo, del admirable Telamón y de Aquiles.
Píndaro, Pítica VIII, en Obra completa
Edición de Emilio Suárez de la Torre, Cátedra
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