El descenso nos llama
como nos llamaba el ascenso.
La memoria es una especie
de consumación,
una suerte de renovación,
incluso
de inicio, pues los espacios que abre son lugares nuevos
habitados por hordas
de especies
hasta entonces impensadas;
y sus movimientos
se orientan hacia nuevos objetivos
(aun cuando antes hayan sido abandonados).
Ninguna derrota es enteramente una derrota, pues
el mundo que abre es siempre un sitio
hasta entonces
insospechado. Un
mundo perdido,
un mundo insospechado,
abre paso a nuevos lugares
y no hay blancura (perdida) tan blanca como el recuerdo
de la blancura .
Con el atardecer, el amor despierta
aunque sus sombras
-que dependen
de la luz del sol-
se adormecen y se apartan
del deseo .
Despierta así un amor
sin sombras
que ha de crecer
con la noche.
Surgido de la desesperación,
inconcluso,
el descenso
despierta aun nuevo mundo
que es el reverso
de la desesperación.
Para lo que no podemos lograr, lo que
se niega al amor,
lo que perdimos por anticiparnos,
se abre un descenso
sin fin, e indestructible .
The Descent
The descent beckons
as the ascent beckoned.
Memory is a kind
of accomplishment,
a sort of renewal
even
an initiation, since the spaces it opens are new places
inhabited by hordes
heretofore unrealized,
of new kinds-
since their movements
are toward new objectives
(even though formerly they were abandoned).
No defeat is made up entirely of defeat-since
the world it opens is always a place
formerly
unsuspected. A
world lost,
a world unsuspected,
beckons to new places
and no whiteness (lost) is so white as the memory
of whiteness .
With evening, love wakens
though its shadows
which are alive by reason
of the sun shining-
grow sleepy now and drop away
from desire .
Love without shadows stirs now
beginning to awaken
as night
advances.
The descent
made up of despairs
and without accomplishment
realizes a new awakening:
of despair.
For what we cannot accomplish, what
is denied to love,
what we have lost in the anticipation-
a descent follows,
endless and indestructible .
William Carlos Williams, La música del desierto, trad. Juan Antonio Montiel, Lumen
3 comentarios:
El descenso nos trae imágenes totales, perfectas en su claridad, cada verso: ese mundo de William Carlos Williams, siempre insospechado y abierto a nuevos lugares. Deja la duda de que, tal vez, siempre perdemos por anticiparnos.
Me encanta el poeta,
saludos afectuosos
anamaría
Creo que regreso a W.C.W. de otra manera: sé de lo que me habla.
(La lectura de Asfódelo puede salvar.)
Saludos y gracias por tu comentario, ana.
Asfódelo es de esos poemas totales, que puede salvar como dices, y de los cuales uno no puede salvarse. Quedé habitada de él para siempre, o viceversa...
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