Neblina fina. Nubes espesas.
Melancolía infinita.
Han terminado los inciensos
en los trípodes esculpidos
de animalitos dorados.
Ha llegado la Fiesta
del Nueve de Septiembre.
De noche, el frío atraviesa
las cortinas y penetra en la estera
y la almohada de jade.
A la caída de la tarde,
bebo sola en el jardín.
La fragancia llena mi vestimenta.
Cuando sopla el duro viento
y alza la cortina de mi ventana,
verán que estoy más delgada
que un mustio pétalo de crisantemo.
Li Qingzhao, en Poesía clásica china, edición de Guojian Chen, Cátedra
Henri Michaux - A las puertas de la ciudad
Hace 17 horas
2 comentarios:
la imagen es sutil pero directa,la palabra inmediata pero profunda.
Magnífico poema
Gracias por traer a esta exquisita poeta
saludos
Poema-ámbar que atrapa y detiene la bellísima imagen final.
Gracias, ana, precisa como siempre.
Saludos
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