martes, 30 de octubre de 2012

Antara - La muerte, la aguada


     
      
       
         
El tiempo ha pasado sobre los restos del campamento
entre al-Lakin y al-Harmal.
Me detuve en su recinto, perplejo, interrogando a las moradas
como hacen los que no han olvidado.
Abandonadas por sus habitantes,
con ellas han jugado las lluvias y los vientos destructores
y en los rincones ennegrecidos ha crecido la yerba.
¿Son tus lágrimas las que resbalan sobre el palanquín
o es el llanto de una paloma en la enramada?

Ella se precipitó al hacerme meter la muerte
como si la muerte pudiera no alcanzarme.
Y le contesté: la muerte es una aguada
en la que acabaremos todos por beber.
Guarda tu temor. No te diré que no,
pero debes saber que soy un hombre
que morirá si un día no le matan.

Antara (525-615), de La poesía árabe clásica, trad. Josefina Veglison Elías de Molins, Hiperión,1997

domingo, 14 de octubre de 2012

Javier Egea

           
         
         
           
             
                                                                   Volverán las oscuras...
                                           GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER


Tú que todo los sabes
sabrás que regresarán los vencejos
y no han reconocido los aleros ni el patio
y parecieran locos sobre tantas ruinas.


Javier Egea, Poesía completa (Volumen I), Bartleby Editores, 2011

domingo, 7 de octubre de 2012

martes, 2 de octubre de 2012

Houellebecq - Sobrevivir


        
         
         
         
        


Un poeta muerto ya no puede escribir. De ahí la importancia de seguir vivo.

(...) Respetad a los filósofos, pero no les imitéis. Vuestra vía, desgraciadamente, se encuentra en otro sitio. Es indisocialbe de la neurosis. La experiencia poética y la experiencia neurótica son dos caminos que se cruzan, se entrelazan, y acaban por confudirse la mayoría de las veces, esto último por disolución del filón poético en el torrente sangriento de la neurosis. Pero no tenéis elección. No hay otro camino.
Trabajar permanentemente en vuestras obsesiones acabará conviertiéndoos en una piltrafa patética, minada por la angustia o devastada por la apatía. Pero, lo repito, no hay otro camino. Debéis alcanzar el punto sin retorno. Romper el círculo. Y producir algunos poemas antes de estrellaros contra el suelo. Habréis entrevisto espacios inmensos. Toda gran pasión desemboca en el infinito.

(...) Sois ricos. Conocéis el Bien, conocéis el Mal. No renuciéis nunca a separarlos; no os dejéis liar por la tolerancia, ese pobre estigma de la edad La poesía está en condiciones de establecer verdades morales definitivas. Debéis odiar la libertad con todas vuestras fuerzas.

Michel Houellebecq, Sobrevivir. Método, en Poesía, trad. Altair Díez y Abel H. Pozuelo, Anagrama, 2012