sábado, 29 de enero de 2011

Marianne Moore - ¡Ay, ser un dragón!






Si, como Salomón...,
yo pudiera cumplir mi deseo

-mi deseo... ¡ay, ser un dragón!,
símbolo del poder del cielo- del tamaño
del gusano de seda o inmenso; invisible a veces.
¡Extraordinario fenómeno!




If I, like Solomon,...
could have my wish-

my wish... O to be a dragon,
a symbol of the power of Heaven-of silkworm
size or immense; at times invisible.
Felicitous phenomenon!


Marianne Moore, Poesía completa, trad. Olivia de Miguel, Lumen


sábado, 22 de enero de 2011

Ouroboros - Juan Eduardo Cirlot


"Synosius" (1478)


Ouroboros

Este símbolo, que aparece principalmente entre los gnósticos, es un dragón o serpiente que se muerde la cola. En el sentido más general, simboliza el tiempo y la continuidad de la vida. En sus representaciones lleva por complemento una inscripción que dice: Hen to pan (el Uno, el Todo). Así aparece en el Codex Marcianus del siglo II después de Jesucristo. Ha sido interpretado también como la unión del principio ctónico de la serpiente y el principio celeste del pájaro (síntesis que puede aplicarse al dragón). (...)

Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos, Siruela

Friedrich Nietzsche - El peso más grande







¿Qué ocurriría si, un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijese: "Esta vida, como tú ahora la vives y la has vivido, deberás vivirla aún otra vez e innumerables veces, y no habrá en ella nunca nada nuevo, sino que cada dolor y cada placer, y cada pensamiento y cada suspiro, y cada cosa indeciblemente pequeña y grande de tu vida deberá retornar a ti, y todas en la misma secuencia y sucesión -y así también esta araña y esta luz de luna entre las ramas y así también este instante y yo mismo. ¡La eterna clepsidra de la existencia se invierte siempre de nuevo y tú con ella, granito de polvo"? ¿No te arrojarías al suelo, rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que te ha hablado de esa forma? ¿O quizás has vivido una vez un instante infinito, en que tu respuesta habría sido la siguiente: "Tú eres dios y jamás oí nada más divino"? Si ese pensamiento se apoderase de ti, te haría experimentar, tal como eres ahora, una transformación y tal vez te trituraría; ¡la pregunta sobre cualquier cosa!: "¿Quieres esto otra vez e innumerables veces más?" pesaría sobre tu obrar como el peso más grande! O también, ¿cuánto deberías amarte a ti mismo y la a la vida para no desear ya otra cosa que esta última, eterna sanción, este sello?"

Friedrich Nietzsche, La gaya ciencia

sábado, 15 de enero de 2011

Ibn Sara As-Santarini - La espada







Es una lámina brillante
donde se encuentran los caminos de los astros
aunque sobre ella nadie,
desde que existe, ha caminado.
Purificó la paja su fulgor
y ahora es un agua
en cuya superficie arde la llama.


Ibn Sara As-Santarini, Poemas del fuego y otras casidas, trad. Teresa Garulo, Hiperión, 2001

sábado, 8 de enero de 2011

Yves Bonnefoy - Que este mundo permanezca







V


Que este mundo permanezca,
Que las palabras no sean
Un día estas osamentas
Grises, que habrán picoteado


Gritando, disputándoselas,
Dispersándose,
Los pájaros, nuestra noche
En la luz.

Que este mundo permanezca
Como cesa el tiempo
Cuando lavamos la herida
Del niño que llora,

Y cuando volvemos
A la habitación sombría
Vemos que duerme en paz,
Noche, pero luz.



Que ce monde demeure,
Que les mots ne soient pas
Un jour ces ossements
Gris, qu'auront becquetés,

Criant, se disputant,
Se dispersant,
Les oiseaux, notre nuit
Dans la lumière.

Que ce monde demeure
Comme cesse le temps
Quand on lave la plaie
De l'enfant qui pleure.

Et lorsque l'on revient
Dans la chambre sombre
On voit qu'il dort en paix,
Nuit, mais lumière.


Yves Bonnefoy, de Tarea de esperanza. Antología poética, trad. Arturo Carrera, Pre-textos, 2007