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domingo, 14 de agosto de 2011

El triunfo de la muerte - Brueghel - Ensayos - Montaigne



El triunfo de la muerte, Pieter Brueghel el Viejo



(...) Pero aún hay más. La propia naturaleza nos da la mano para animarnos. Cuando se trata de una muerte rápida y violenta, nos falta tiempo para temerla; si es más larga, advierto que a medida que avanza la enfermedad, desdeño más la vida. Encuentro que esta clase de pensamientos deben tenerse cuando nos sentimos llenos de salud, mejor que cuando nos domina la fiebre. Puesto que así veo la muerte con menos horror, y espero que cuanto más viejo sea, más me resignaré a no disfrutar de la vida, haciéndome la correspondiente composición de lugar. En muchas circunstancias he tenido ocasión de experimentar la dicho por César, cuando afirmaba que las cosas nos parecen más grandes de lejos que de cerca y, por tanto, en plena salud, he tenido más miedo a las enfermedades pensando en ellas que sufriéndolas. La alegría que me domina, el placer y la salud, me muestran lo contrario tan desproporcionado, que mi fantasía multiplica por lo menos el mal, el cual encuentro cosa más grave cuando me siento malo que cuando lo tengo sobre mis espaldas.

Michel de Montaigne, Ensayos, Edaf

sábado, 24 de enero de 2009

Michel de Montaigne - Ensayos






Las dificultades con que tropiezo cuando leo las dejo a un lado, no me muerdo las uñas resolviéndolas cuando he insistido una o dos veces.
Si me detengo, me pierdo y desaprovecho el tiempo inútilmente, pues mi espíritu es de tal índole que lo que no ve en principio se lo explica menos obstinándose. Soy incapaz de hacer nada mal por mí ni que suponga un esfuerzo; la continuación de una misma tarea, lo mismo que el recogimiento excesivo, aturden mi juicio, lo entristecen y lo cansan; mi vista se trastorna y se disipa, de suerte que tengo que apartarla y volverla a fijar repetidas veces, de la misma manera que para advertir el brillo de la escarlata se nos recomienda pasar la mirada por encima de diversas direcciones e insistentes veces.
Cuando un libro me aburre, busco otro, y sólo me consagro a la lectura cuando el fastidio que me domina si no hago nada comienza a invadirme. Apenas leo los nuevos porque los antiguos me parecen más sólidos y sustanciosos; ni los escritos en lengua griega, porque mi espíritu no puede sacar partido del pobre conocimiento de mi griego.

Michel de Montaigne, Ensayos
EDAF, traducción de Enrique Azcoaga

jueves, 6 de diciembre de 2007

Michel de Montaigne - Ensayos



Yo no he llegado aún a ese vigor desdeñoso que se fortifica en sí mismo, al cual nada ayuda ni turba; me encuentro un poco más bajo. Y lo que pretendo es agazaparme y apartarme de este paso no tanto por temor como por arte. A mi ver, no es esta ocasión de un solo personaje. ¿Por qué? Porque en este momento acaba todo el interés que uno siente por la reputación. Yo me conformo con una muerte recogida en sí misma, sosegada y solitaria, cabalmente mía, que concuerda con mi vida retirada y apartada. Lo contrario de lo que pretendía la superstición romana, al considerar desdichado a quien moría sin hablar y sin tener a su lado a parientes y amigos que le cerraran los ojos. Ya tengo bastante con consolarme, sin necesidad de procurar consuelo a los demás; demasiadas ideas asaltan mi cabeza sin que a mi alrededor las encuentre, y demasiadas cosas tengo en qué pensar para pedir otras prestadas. Este tránsito no es cosa de la sociedad; es el acto de un solo personaje. Vivamos y riamos entre los nuestros; vayamos a morir y a rechinar junto a los desconocidos. Pagándolo, encontraréis quien os vuelva la cabeza y quien os frote los pies, quien os apriete como queráis, mostrándoos un semblante indiferente y dejándoos que os gobernéis o quejéis a vuestro modo.


Michel de Montaigne, Ensayos