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domingo, 4 de abril de 2010

Edmond Jabès






Il y a, en nous, une parole plus forte que toutes les autres -plus personnelle aussi.
Parole de solitude et de certitude, si enfouie dans sa nuit, qu'elle est à peine audible à soi-même.
Parole du refus mais, également, de l'engagement absolu, forgeant ses liens de silence dans l'abyssale silence du lien.
Cette parole ne se partage pas. Elle s'immole.



Muy pronto me encontré ante lo incomprensible, lo impensable, la muerte.
Desde ese instante supe que nada, aquí abajo, era compartible, porque nada nos pertenece...

Hay en nosotros una palabra más fuerte que todas las demás -más personal también.
Palabra de soledad y de certeza, tan sumergida en su noche que apenas a sí misma se hace audible.
Palabra del rechazo pero, igualmente, del compromiso absoluto, que forja sus vínculos de silencio en el silencio abisal del vínculo.
Esa palabra no se comparte. Se inmola.

Edmond Jabès, de Cuaderno de versiones, trad. José Ángel Valente, Galaxia Gutenberg

viernes, 19 de junio de 2009

Edmond Jabès






Tu pensamiento te engaña.

*

Un día, la poesía dará a los hombres su rostro.

*

Sólo el lector es real.

*

Hacer que suba el fondo del agua, piedra a piedra.

*

El loco es la víctima de la rebelión de las palabras.

*

Ta pensée t'abuse.

*

Un jour, la poésie donnera aux hommes son visage.

*

Le lecteur seul est réel.

*

Faire remonter le fond de l'eau, pierre aprés pierre.

*

Le fou est la victime de la rébellion des mots.


Edmond Jabès, El umbral La arena
Traducción de Julia Escobar Moreno, Ellago Ediciones

viernes, 15 de agosto de 2008

Edmond Jabès







A la llegada del poema, aurora y crepúsculo se convierten en noche, el comienzo y el final de la noche. El poeta lanza entonces su red, como el pescador en el mar, a fin de captar todo lo que se mueve en lo invisible, esas miríadas de seres incoloros, sin hálito y sin peso, que pueblan el silencio. Se apoderan, por sorpresa, de un mundo prohibido cuyos límites y poder ignora, y sobre todo le impedirá, una vez tomado, perecer; los seres que lo componen, como los peces, prefieren la muerte a la pérdida de su reino.
Rondando por cada sombra perpetuada, indefinidamente, el poeta desgarra una cortina de raso, párpado del secreto.

*

Nada más compuesta, la frase muere. Las palabras le sobreviven.

*

Marchar en carne viva hasta el hombre.

*

Memoria de las palabras. Las palabras desmontan la memoria.

*

El hombre siempre es salvado por un milagro.



Edmod Jabés, de El umbral La arena