viernes, 24 de agosto de 2007

William Carlos Williams - Cuadros de Brueghel




LOS CAZADORES EN LA NIEVE


El panorama es el invierno
montañas nevadas
al fondo el retorno

de la caza se acerca la caída de la tarde
por la izquierda
los fornidos cazadores traen

de vuelta la jauría el letrero del mesón
colgando de una
bisagra rota es un ciervo un crucifijo

entre sus astas el helado
patio del mesón está
desierto salvo por la hoguera

enorme que flamea al viento atizada
por mujeres que se agrupan
en torno a la derecha más allá

de la colina hay trazas de patinadores
Brueghel el pintor
preocupado por todo esto escogió

un arbusto azotado por el viento como
primer plano
para completar su pintura


William Carlos Williams, de Cuadros de Brueghel, Lumen 2007

Juan Carlos Mestre - Elogio de la palabra



Esta palabra no ha sido pronunciada contra los dioses,
esta palabra y la sombra de esta palabra han sido pronunciadas
ante el vacío, para una multitud que no existe.

Cuando la muerte acabe, la raíz de esta palabra y la hoja
de esta palabra arderán en un bosque que otro fuego consume.

Lo que fue amado como cuerpo, lo escrito en la docilidad
del árbol único, será consolación en un paisaje lejano.

Como la inmóvil mirada del pájaro ante la ballesta, así
la palabra y la sombra de esa palabra aguardan su permanencia
más allá de la revelación de la muerte.

Sólo el aire, únicamente lo que del aire mismo
transmitimos como testamento de lo nombrado, permanecerá
de nosotros.

La luz, la materia de esta palabra y el ruido de la sombra
de esta palabra.


Juan Carlos Mestre, de La Poesía ha caído en desgracia

domingo, 19 de agosto de 2007

Andrés Trapiello - Salón de pasos perdidos

(...) Y así acaba este año. Algunos años parece que acaban mejor organizados, con enseñanzas morales para todos. Otros, en cambio, parecen darse prisa en recoger los hechos y tirarlos a un baúl, para su posterior clarificación.
Y las cosas acaban sucediendo, por trágicas que nos parezcan en el momento, con la suavidad con la que en una minerva sale al encuentro un papel en blanco y la forma. Se estampa un instante y a continuación se separan para siempre, hecha ya la imprimación. Las tragedias antiguas hacen la literatura de los siglos futuros. Y esta noche, penúltima del año, un siglo y un milenio, rinden cuentas.
Siguen muriéndose en el suelo, como sardinitas, las hojas de los olivos. Pueden verse desde aquí sembradas hasta el confín de los montes. No, ya no intriga el viento, y sólo se oye el agua corriendo por la calleja. Y el agua va y no va a ninguna parte. Dentro de siete meses, cuando todo se haya agostado, soñaremos con el agua que ahora no sabe adónde va, dónde se pierde, sumándose a los regatos que encuentra a su paso.
Nada se interrumpirá. Estos regatos nuestros, los días de nuestras vidas, se juntarán a los de otros, a los de otras vidas. Aquí, allí, dónde. Nada va a interrumpirse nunca, nada acaba nunca, aquí, allí, dónde, y hasta en aquellas tumbas que vimos en Gradefes, las hierbas buenas y malas crecían junto a unas pocas prímulas ateridas de frío. Entre todas celan por un orden beatífico del mundo.


Andres Trapiello, de La cosa en sí

viernes, 17 de agosto de 2007

Carlos Vitale - Unidad de lugar



UNIDAD DE LUGAR


Nada ha cambiado

Sólo el sitio
en que mi cuerpo cae


Carlos Vitale, de Noción de realidad

miércoles, 15 de agosto de 2007

Arquíloco de Paros - Resignación



Corazón, corazón, de irremediables penas agitado,
¡álzate! Rechaza a los enemigos oponiéndoles
el pecho, y en las emboscadas traidoras sostente
con firmeza. Y ni, al vencer, demasiado te ufanes,
ni, vencido, te desplomes a sollozar en casa.
En las alegrías alégrate y en los pesares gime
sin excesos. Advierte el vaivén del destino humano.


Arquíloco de Paros. Fragm.


De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall


Escucha, escúchame, nada de vidrios verdes o doscientos días
de historia, o de libros
abiertos como heridas abiertas, o de lunas de Jonia y cosas así,
sino sólo beber yedra mala, y zarzas, y erizadas anémonas
parecidas a flores.

Escucha, dime, siempre fue de este modo,
algo falta y hay que ponerle un nombre,
creer en la poesía, y en la intolerancia de la poesía, y decir
niña
o decir nube, adelfa,
sufrimiento,
decir desesperada vena sola, cosas así, casi reliquias, casi lejos.

Y no es únicamente por el órgano tiempo que cesa y no
cesa, por lo crecido, para lo sonriente,
para mi soledad hecha esquina, hecha torre, hecha leve notario,
hecha párvula muerta,
sino porque no hay forma más violenta de alejarse.

Blanca Andreu, de El sueño oscuro, poesía reunida (1980-1989)

lunes, 6 de agosto de 2007

domingo, 5 de agosto de 2007

Friedrich Hölderlin - El archipiélago


Mas desde hace mucho tiempo no hablan
para consuelo de los necesitados los proféticos bosques de Dodona;
mudo está el dios délfico, y solitarios y abandonados se hallan
desde hace mucho tiempo los senderos donde antes,
dulcemente conducido por las esperanzas, subía el hombre
preguntando hacia la ciudad del veraz profeta.
Mas desde lo alto la luz habla todavía hoy a los hombres,
llena de hermosos significados, y la voz del gran tronante
clama: ¿Pensáis en mí? Y las olas entristecidas del dios del mar
resuenan: ¿nunca os acordáis ya de mí, como antaño?

Hölderlin, de El archipiélago

miércoles, 1 de agosto de 2007

César Simón - Vivir también mi sueño


Vivir también mi sueño
en el sueño del mundo,
y estar al aire libre,
en un día de sol, antiguo y lejos.

César Simón, de Una noche en vela