jueves, 29 de mayo de 2014

Jules Renard - Diario



 
 
 
29 de noviembre 1890. 
Pero no habría que dejar pasar la estación en que uno cree en la literatura: es una estación breve.

11 de julio 1894.
¿Qué hace el pájaro en la tormenta? No se aferra a la rama: sigue la tormenta.

2 de junio 1899.
No se trata de ser el primero, sino el único.

9 de octubre 1900.
Tormenta. Temo al rayo inteligente.

17 de octubre 1902.
Es una cuestión de limpieza: hay que cambiar de opinión como de camisa.


Jules Renard, Diario (1887-1910), trad. Ignacio Vidal-Folch, Debolsillo, 2014

domingo, 18 de mayo de 2014

Robert Frost - Fuego y hielo


    
     
      
     
El mundo acabará, dicen, presa del fuego;
otros afirman que vencerá el hielo.
Por lo que yo sé acerca del deseo,
doy la razón a los que hablan de fuego.
Mas si el mundo tuviera que sucumbir dos veces,
pienso que sé bastante sobre el odio
para afirmar que la ruina sería
quizás tan grande,
y bastaría.



Robert Frost, en http://www.ciudadseva.com

sábado, 10 de mayo de 2014

No me echéis de la tierra






No me echéis de la tierra
sobre su hermosa frente,
que hoy se departe
de su casa y de su gente.

No me echéis de la tierra
sobre sus ojos pintados.
Se van los novios chiquitos,
no crían sus deseados.


Cantar sefardí (endecha), Lírica española de tipo popular, Cátedra, 1990

jueves, 1 de mayo de 2014

Juan Benet - Volverás a Región


  
    
   
   
    Es cierto, el viajero que saliendo de Región pretende llegar a su sierra siguiendo el antiguo camino real –porque el moderno dejó de serlo– se ve obligado a atravesar un pequeño y elevado desierto que parece interminable.
    Un momento u otro conocerá el desaliento al sentir que cada paso hacia delante no hace sino alejarlo un poco más de aquellas desconocidas montañas. Y un día tendrá que abandonar el propósito y demorar aquella remota decisión de escalar su cima más alta, ese pico calizo con forma de mascarilla que conserva imperturbable su leyenda romántica y su penacho de ventisca. O bien –tranquilo, sin desesperación, invadido de una suerte de indiferencia que no deja lugar a reproches– dejará transcurrir su último atardecer, tumbado en la arena de cara al crepúsculo, contemplando cómo en el cielo desnudo esos hermosos, extraños y negros pájaros que han de acabar con él, evolucionaban en altos círculos.


Juan Benet, Volverás a Región, Ediciones Destino, 2001