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Milagro de lejos o ensueño
Traje a mi país hasta el extremo
Y aguardé a que la gris norma
El nombre encontrara en su poza -
Pude asirla luego firme y fuerte
Brilla ahora en la marca y florece ...
Otrora arribé tras buena travesía
Con una alhaja delicada y rica
Buscó largo y me dio consejo:
"Aquí nada duerme en hondo suelo"
Y escapó a mi mano la palabra
Y jamás el tesoro ganó mi patria ...
Aprendí la renuncia con tristeza:
Nada hay donde la palabra quiebra.
Stefan George, Nada hay donde la palabra quiebra, trad. Carmen Gómez García, Trotta, 2011
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