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He estado en la cárcel, he hecho huelga de hambre, he sufrido un divorcio, he asistido a un moribundo. Una vez fabriqué una bomba. Negocié con drogas. Me dejó una mujer, dejé a otra. Un día se incendió mi casa, me han robado, he padecido una inundación y una sequía, me he estrellado en un coche. Fui amigo de alguien que murió asesinado y fue enterrado por los asesinos en su propio jardín. También conocí a un hombre que mató a otro hombre, y a uno que se ahorcó. Sólo es cuestión de edad. Todo ello me ha sucedido en una vida en general muy tranquila, pacífica, sin grandes sobresaltos.
Iñaki Uriarte, Diarios (1999-2003), Pepitas de calabaza ed., 2010
2 comentarios:
perfecto!!
basta una vida para que todo ocurra
Abrazos
El mérito estaría entonces en habitar una vida en que nada ocurra.
Abrazos, ana.
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