skip to main |
skip to sidebar
Jaufré Rudel de Blaia fue muy gentil hombre, príncipe de Blaia. Y se enamoró de la condesa de Trípoli, sin verla, por el bien que oyó decir de ella a los peregrinos que volvían de Antioquía. E hizo de ella muchos versos con buen son y pobres palabras. Y deseando verla se cruzó y se embarcó, y cayó enfermo en la nave y fue conducido a Trípoli, a un albergue, (dado) por muerto. Ello se hizo saber a la condesa, y fue a él, a su lecho, y lo tomó entre sus brazos. Y cuando él supo que era la condesa, al punto recobró el oído y el aliento, y alabó a Dios porque le había mantenido con vida hasta verla; y así murió entre sus brazos. Y ella lo hizo enterrar con gran dolor en la casa del Temple; y después, aquel mismo día, se hizo monja por el dolor que tuvo por la muerte de él.
Los trovadores. Historia literaria y textos, Martín de Riquer, Ariel, 1989
No hay comentarios:
Publicar un comentario