skip to main |
skip to sidebar
MOMENTOMi cuerpo se pasea por una habitación llena de libros y de espadas y con dos cruces góticas;sobre mi mesa están Art of the European Iron Age y The Age of Plantagenets and Valois,aparte de un resumen de la Ars Magna de Lulio.Las fotografías de Bronwyn están en sus carpetas, como tantas otras cosas que guardo (versos, ideas, citas, fotos).Si ahora fuera a morir, en esta tarde (son las 6) de finales de mayo de 1971, y lo supiera de antemano, no me conmovería mucho, ni siquiera a causa del poema"La Quête de Bronwyn" que está en imprenta.En rigor, no creo en la "otra vida", ni en la reencarnación, ni tengo la dicha (menos aún) de creer que se puede renacer hacia atrás, por ejemplo, en el siglo XI.Sé que me espera la nada, y como la nada esinexperimentable, me espera algo no sé dónde ni cómo,posiblemente ser en cualquier existente como ahora soy enJuan-Eduardo Cirlot.Mi cuerpo me estorbaría y desearía la muerte –ah, cómo la desearía– si pudieracreer en que el alma es algo en sí que se puede alejare ir hacia los bosques estelares donde el triángulo invertidode los ojos y boca de Rosemary Forsythme lanzaría de nuevo a la tierra de los hombres, porque enesta vida no he sabido o no he podidotrascender la condición humana, y el amor ha sido mielemento,aunque fuese un amor hecho de nada, para la nada ydonde nunca.Estoy oyendo Khamma de Debussy, que, sin ser uno de mis músicos favoritos (éstos son Scriabin, Schönberg y otros) no deja de ayudarme cuando estoy triste, que es casi siempre.Mi tristeza proviene de que me acuerdo demasiado deRoma y de mis campañas con Lúculo, Pompeyo o Sila,y de que recuerdo también el brillo dorado de mis mallasdoradas en los tiempos románicos,y proviene de que nunca pude encontrar a Bronwyncuando, entonces, en el siglo XI,regresé de la capital de Brabante y fui a Frisia en su busca.Pero, pensándolo bien, mi tristeza es anterior a todo esto,pues cuando fui en Egipto vendedor caballos,ya era un hombre conocido como "el triste".Y es que el ángel, en mí, siempre está a punto de rasgar elvelo del cuerpo,y el ángel que no se rebeló y luchó contra Lucifer, peromás tardecedió a las hijas de los hombres y se hizo hombre,ese ángel es el peor de los dragones.Juan-Eduardo Cirlot, de Poesía, 1974
No hay comentarios:
Publicar un comentario