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Otra tercera estirpe de hombres de voz articulada creó Zeus padre, de bronce, en nada semejante a la de plata, nacida de los fresnos, terrible y vigorosa. Sólo les interesaban las luctuosas obras de Ares y los actos de soberbia; no comían pan y en cambio tenían un aguerrido corazón de metal. (Eran terribles; una gran fuerza y unas manos invencibles nacían de sus hombros sobre robustos miembros.) De bronce eran sus armas, de bronce sus casas y con bronce trabajaban; no existía el negro hierro. También éstos, víctimas de sus propias manos, marcharon a la vasta mansión del cruento Hades, en el anonimato. Se apoderó de ellos la negra muerte aunque eran tremendos, y dejaron la brillante luz del sol.
Hesíodo, Obras y fragmentos, trad. Aurelio Pérez Jiménez y Alfonso Martínez Díez, Editorial Gredos, 2000
1 comentario:
Interesante,gracias por estos fragmentos.
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