viernes, 7 de marzo de 2008

R. M. Rilke

XXII


Somos los inquietos acuciadores.
Pero el paso del tiempo
tomadlo por cosa de poca monta
entre aquellas otras que nunca pasan.

Todo lo apresurado
es ya de suyo efímero;
pues lo que se demora
es lo que nos inicia.

Chicos, oh, no os arrojéis animosos
en brazos de la velocidad
ni os seduzca el intento de volar.

Todo se halla aquietado:
sombra y luz,
flor y libro.


Rainer Maria Rilke, de Sonetos a Orfeo

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