viernes, 4 de septiembre de 2009

José Antonio Marina - Anatomía del miedo







(...) En muchas ocasiones he afirmado que nuestra búsqueda de la felicidad es con frecuencia desgarradora, porque estamos movidos por dos deseos contradictorios: el bienestar y la superación. Necesitamos estar cómodos y necesitamos crear algo de lo que nos sintamos orgullosos, y por lo que nos sintamos reconocidos. Una actividad que dé un sentido a nuestra existencia, por muy ilusorio que sea ese sentido. Tenemos, pues, que armonizar anhelos contradictorios. Necesitamos construir la casa y descansar en ella. Necesitamos estar refugiados en puerto y navegando. Ahora puedo completar la descripción. Aspiramos a huir de la angustia y a enfrentarnos a ella. La búsqueda obsesiva del bienestar fomenta el miedo, nos convierte a todos en sumisos animales domésticos, y la sumisión es la solución confortable -y por eso amnésica- del temor. La valentía, en cambio, nos libera, pero -molesta contrapartida- nos hace perder parte del bienestar. Hace despertar en el gatito modorro al felino que vive, sin duda, menos cómodo, sin calefacción, sin cestito, sin comida puesta, y sin arrumacos. Nos lanza al descampado, que es el territorio de la libertad y de la creación.


José Antonio Marina, Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía, Anagrama

4 comentarios:

Blanca Andreu dijo...

Mi vida misma y creo que la de todos. Acertadísimo. Aunque el texto me gusta más hasta el momento en que dice: "Ahora puedo completar la descripción". A mi entender, la descripción ya estaba perfectamente hecha ahí y el resto del párrafo son arrumacos consigo mismo y con su idea no vilariño.

Durandarte dijo...

Es un libro estupendo, pero su última parte, la titulada "Un tratado sobre la valentía, es extraordinaria. Con rigor y arrojo explora un terreno vital, señala el camino, e incluso se permite indicar algún atajo.
Imprescindible.

Saludos

Durandarte

Blanca Andreu dijo...

Disculpa, Durandarte. Parece que lo he criticado sin querer, cuando quería decir lo contrario. En realidad, es que hasta el punto que te señalé me pareció tan contundente que lo demás, pese a ser expresivo y estar bien escrito, me pareció redundante.

Durandarte dijo...

Nada que disculpar, Blanca. Recogí tu idea (tampoco vilariño)en el primer envite.

Saludos

Durandarte