sábado, 21 de febrero de 2009
José Ángel Valente
AL CAER la tarde, la no visible mano de un dios te borra como
ala de pájaro caído hacia qué densa sombra más allá de la sombra.
Disuelto estás, al fin, en tu propia mirada.
José Ángel Valente, No amanece el cantor, en Material memoria (1977-1992), Alianza Literaria
Etiquetas:
poesía,
Valente José Ángel
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