sábado, 29 de noviembre de 2008

Vicente Valero






XXIII


En los espinos he dejado cada día mi sangre.
Mi sangre en este bosque es verde.
Cuando florecen los espinos, también mi sangre es nueva.
Así he aprendido a florecer.
Así he aprendido a contemplar mi sangre.


Vicente Valero, de Días del bosque
Visor

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