miércoles, 27 de febrero de 2008

Délfica - Gérard de Nerval





DÉLFICA

Dafne, tal vez recuerdes esa antigua romanza,
al pie del sicomoro, bajo los lauros blancos,
el mirto y el olivo, bajo los sauces trémulos,
esa vieja canción de amor, que siempre vuelve...

¿Y el amplio peristilo del Templo, lo recuerdas?,
¿los amargos limones marcados por tus dientes,
y la gruta, fatal para el huésped incauto,
donde duerme la siembra del antiguo dragón?...

¡Volverán esos dioses que día y noche lloras!
El tiempo ha de traernos la armonía de antaño;
la tierra ya ha temblado ante el soplo profético...

No obstante, la sibila de semblante romano
duerme aún bajo el arco que elevó Constantino
y nada turba aún el pórtico severo.


Gérard de Nerval, en Antología de la poesía romántica francesa


DELFICA

La connais-tu, Dafné, cette ancienne romance,
Au pied du sycomore, ou sous les lauriers blancs,
Sous l'olivier, le myrte, ou les saules tremblants,
Cette chanson d'amour qui toujours recommence?...

Reconnais-tu le Temple au péristyle immense,
Et les citrons amers où s'imprimaient tes dents,
Et la grotte, fatale aux hôtes imprudents,
Où du dragon vaicu dort l'antique semence?...

Ils reviendront, ces Dieux que tu pleures toujours!
Le temps va ramener l'odre des aciens jours;
La terre a tressailli d'un souffle prophétique...

Cependant la sibylle au visage latin
Est endormie encor sous l'arc de Constantin
–Et rien n'a dérangé la severe portique.

4 comentarios:

karmen blázquez dijo...

Aire puro de Delfos, Durandarte, sopla en Nerval ese aire puro, aun hay esperanza, parece decir, qué hermoso poema, y qué bien hecha está a mi entender, la traducción.

Salud Os
k

Durandarte dijo...

Así me parece, Karmen. Soneto de un avanzado de la modernidad, rebosante de intuición poética; no sé qué me gusta más, si la imagen de "los amargos limones marcados por tus dientes", o la fidelidad al oráculo, que ya "ve" el regreso de los dioses.

Salud,

P.

karmen blázquez dijo...

Sin embargo, Durandarte, yo me quedo sin dudarlo con "y nada turba aún el pórtico severo", ahí me parece encontrar el "sacro sacrilegio" que persiguió Nerval, y a Nerval.
Salud Os
k

Anónimo dijo...
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