viernes, 29 de febrero de 2008
Paul Valéry
Marea. Dos veces cada veinticuatro horas, te adoras, y dos veces te desprecias. Yo lo soy todo, y no soy nada, se siguen, se causan, y no son más que la sencillísima alternativa necesaria, sin importancia.
A lo mejor se puede encontrar, para cualquier sentimiento, una duración que incluya el sentimiento contrario respecto al mismo objeto. Y si la vida fuera bastante larga, toda cosa habría sido finalmente deseada y odiada; toda opinión sentida como verdadera y como falsa.
Te gusta el tabaco, la música... Es que no has vivido lo suficiente para ver llegar el gusto contrario.
Paul Valéry, Cuadernos
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