sábado, 25 de octubre de 2008

Bajo el volcán






"Pero óyeme, diablos, no todo es oscuridad", parecía contestarle el cónsul con amabilidad, mientras sacaba la pipa a medio llenar y con la máxima dificultad la encendía, en tanto que ella seguía con la mirada la de él que erraba por el bar sin encontrar los ojos del camarero, el cual, grave y al parecer ocupado, se eclipsaba en la oscuridad, "no me comprendes si crees que todo lo que veo es oscuridad; y si continúas creyéndolo, ¿cómo puedo decirte por que lo hago? Pero si miras ese rayo de sol allá, ¡ah!, quizá tengas la respuesta. Anda, mira cómo entra por la ventana: ¿hay algo más bello que pueda compararse a una 'cantina' por la mañana temprano? ¿Tus volcanes de fuera? ¿Tus estrellas?... ¿Ras Algethi? ¿Antares incontenible en el sur sudeste? Lo lamento pero no. No es tanto la belleza de ésta necesariamente, la cual, en retrogradación de mi parte, acaso no sea propiamente una 'cantina', pero piensa en todas aquellas atroces 'cantinas' en las que enloquece la gente y que pronto estarán bajando sus persianas, porque ni las mismas puertas del cielo abriéndose de para en para para recibirme podrían llenarme de un gozo celestial tan complejo y desesperanzado como el que me produce la persiana metálica que se arrolla con estruendo, como el que me producen las puertas de persianas sin candado que baten para admitir a aquéllos cuyas almas se estremecen con las bebidas que llevan con mano trémula hasta sus labios. Todos los misterios, todas las esperanzas, todos los desengaños, sí, todos los desastres están aquí, detrás de esas puertas batientes. Y, a propósito, ¿ves aquella anciana de Tarasco sentada en el rincón? Antes no podías, pero ¿la ves ahora?", preguntaban los ojos del cónsul mientras recorrían en torno suyo con el brillo pasmado y perdido de un enamorado, ese amor le preguntó "¿cómo esperas comprender, a menos que bebas como yo, la hermosura de una anciana de Tarasco que juega al dominó a las siete de la mañana?"


Malcolm Lowry, Bajo el volcán
Traducción de Raúl Ortiz y Ortiz
Tusquets Editores

2 comentarios:

karmen blázquez dijo...

Tremendo, tormento en el sosiego,perfección derramándose, el se entra por el cráter, por él se ha de salir,
Fragmento como un todo éste que has elegido,
Gracias Durandarte
k

Durandarte dijo...

El flujo de la conciencia del cónsul. Nada más y nada menos.

Salud

P.