domingo, 24 de agosto de 2008

Patricia Damiano






Pentesilea


Se ha hurtado el casco negro y el cabello se disuelve
y la atavía.
No hay tablero más exacto.
No hay otro laurel.

Algo dicta al arte tu partícula más inútil.

En la pequeña hora,
la espada lejos del amoroso vuelo,
Héctor ha de morir
tres veces
en torno a Ilión.



Patricia Damiano, de Playa Köchel

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